Observatorio de las Américas
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Marco conceptual: Los seguros agrícolas - complemento de la gestión del riesgo de la agricultura de las Américas
Para que la gestión del riesgo agropecuario en las Américas sea exitosa debe incluir medidas de preparación, anticipación, adaptación y protección ante las amenazas.
La agricultura familiar es la más vulnerable a las pérdidas, porque es la que posee las condiciones sociales, económicas y productivas menos favorables en la región.
Aunque la agricultura es una actividad productiva que se ve afectada principalmente por los efectos del clima, la mayor parte de los esfuerzos en gestión de riesgos en las Américas actualmente se orientan a acciones de respuesta y reconstrucción ante una crisis agrícola.

La gestión del riesgo en la agricultura debe ser abordada desde una perspectiva de prevención y reducción, ya que sus resultados son menos costosos y más efectivos. Por ejemplo, se calcula que el costo de la estrategia de gestión de riesgos agropecuarios en Paraguay es de USD 223 millones en cinco años, mucho menor a las pérdidas promedio anuales por riesgos no mitigados, que ascienden a USD 237 millones.

Un manejo apropiado de los riesgos agrícolas no evita que un desastre natural ocurra, pero sí disminuye las pérdidas e impactos negativos significativamente, al ser capaz de afrontar los riesgos presentes, recuperarse de ellos y contar con la preparación necesaria para las amenazas futuras.

Por su parte, la agricultura familiar en las Américas es la más vulnerable a impactos directos en la producción y en los ingresos en comparación con la agricultura comercial de gran escala, porque cuenta con más limitaciones para generar estrategias oportunas.

Las pérdidas por riesgos, específicamente en la agricultura de subsistencia, son críticas porque atentan contra su supervivencia, además de que este sector posee un acceso limitado a bienes de capital, infraestructura, asistencia técnica, recursos humanos e institucionales, información, medios tecnológicos y financieros.

Bajo este entorno, resulta esencial mejorar la tecnología para reducir los costos de los sistemas de agricultura familiar, cuando está dispersa y ubicada en zonas de difícil acceso. Asimismo, la banca comercial y del desarrollo, y el sector privado deben disponer de una estructura adecuada para atender las necesidades de los productores familiares.

Las políticas públicas deben estar enfocadas en lograr el bienestar de los agricultores familiares. Las reaseguradoras también juegan un papel importante para que las aseguradoras locales y el gobierno no tengan que asumir el costo total de las pérdidas.

La tarea pendiente sobre gestión del riesgo en las Américas es que sea vista como parte integral en la planificación agrícola, que incluya medidas de preparación, anticipación, adaptación y protección de riesgos, con el objetivo de corregir y prevenir los posibles impactos económicos y ambientales, y lograr que la agricultura sea más resiliente.

Para alcanzar esa meta, es primordial incorporar los factores que aumentan la vulnerabilidad de la agricultura familiar, como el tamaño de las unidades de producción y el poco uso de la tecnología, así como también los agentes que contribuyen a la resiliencia de la producción familiar, por ejemplo, la mano de obra familiar y los conocimientos ancestrales.
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Además, conozca la posición del IICA sobre la Gestión Integral de Riesgos en la agricultura, que está enfocada en el uso de instrumentos de respuesta e innovaciones tecnológicas con el objetivo de alcanzar una agricultura competitiva, sustentable e incluyente en las Américas. Descargar PDF completo (634 KB)

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