El arroz, principal cadena de Panamá, mantiene una clara tendencia decreciente económica, ambiental y fiscal. La reducción de productividad, de bajos ingresos de los productores, depredación de los recursos naturales y creciente emisión de gases de efecto invernadero (GEI) y abultados subsidios, indican que no es sostenible. La solución está en la corrección de las malas prácticas agronómicas mediante la implementación de la NAMA (Acciones de Mitigación Nacionalmente Apropiadas). Este proyecto surge para implementar un pilotaje de 100 productores aplicando la NAMA en tres provincias del país. Así mismo, este es co-financiado por el Laboratorio de Innovación del Grupo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID LAB), el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y 14 instituciones públicas y privadas, en el cual se busca reducir costos de producción, aumentar los ingresos y reducir la emisión de GEI.

Aumentar la rentabilidad y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de los productores mecanizados de arroz por medio de un plan piloto con 100 productores para fomentar la adopción de un modelo productivo de precisión. Dicha iniciativa busca la adopción de nuevas prácticas y la trazabilidad digital para aumentar la rentabilidad de 6 centavos por balboa invertidos a 35 centavos, y en riego de 25 centavos a 75 respectivamente, como parte del efecto combinado de la reducción de costos e incremento de la producción por hectárea; además, de reducir la emisión de GEI en un 40%, dejando de emitir 5.2 toneladas de CO2 equivalente, para transformarlos en créditos de carbono como ingreso adicional a los productores.